domingo, 18 de marzo de 2007

Cuál es la palabra clave.
¿Burladero, inopia, calabaza?
Van a dar las diez.
Cuando quedaban horas para todo, el domingo no tenía esta connotación de independencia.
Por ejemplo: por la mañana, abrí la puerta y el jardín era un zoológico.
Son cuestiones primaverales que revelan parte de la felicidad contraída.
Las mariposas esponjosas del futuro se acercan, ciegas, al borde del pijama y susurran mandamientos fluorescentes que nadie es capaz de cumplir.
Hay que entender las transiciones. Cito aquí el fondo de un váter en honor de los que no entienden que la luz de las montañas ha mudado de senderos mi cabeza.
A veces, y eso lo saben los que no entienden, bajo a lo oscuro y me convierto en lo que también soy, lejana, pero soy.
Pero no hay que engañarse: es otra palabra clave la que ahora busco.
¿Amianto, liebre, zarzal?
¿Cuadrilátero de verde?
La verdad. Vivir al compás del sol es menos sórdido, pero igual de inmenso.
Sólo quiero ahora la palabra mágica, para que la fluidez de las manos tenga el sentido explícito del universo, la justa proporción de la locura y la robusta calidez de lo que amo.
Voy a seguir excavando en la carne, afilando los límites de la paciencia, y con este detector de metales recién estrenado, me dejaré guiar por la orilla de la arena, hasta que un sonido difuso y árido me traiga la llave triangular, con óxidos tremendos.
Encajarán los dientes, ya lo sé, y se abrirán nuevas incógnitas.
Así siempre empezar a seguir viviendo.
La luz ha abandonado los paisajes. Aquí arriba, incandescentes, brillan las noches, volcadas desde lo que llamamos infinito.
Sabio nombre. Así todos podemos dormir tranquilos.




12 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas noches, señora.
En caso de que la Vía Láctea, requerida de amor, manifestara su emoción con alguna contracción o expansión que pudiera percibir el ojo humano, no dude la señora de que la avisaría de inmediato.
Si no la aviso, es que todo está tranquilo.

NáN dijo...

Necesita su tiempo, este texto en el que te arriesgas a sugerir transiciones (que yo imagino espléndidas).

Quizá sea poco las seis horas que han pasado entre una lectura y la otra, pero también me quiero ir arriesgando.

Da la impresión de que te ha surgido con "menos" facilidad, pero con tanto "más" significado para todos.

Desde luego, te imagino leyéndolo en público (y eso para mí es bueno).

Abrazos

Lara dijo...

Gracias, amigo Nán, por esas seis horas, y también por los primeros diez minutos.

Anónimo dijo...

no hay nada más truculento que un vater, y si lo hay, eres tu quien lo encontrara

Anónimo dijo...

siguen pasando las horas y las lecturas. Y tengo que volver (ya sin agradecimientos) para decir que, teniendo la fuerza de otros textos tuyos, este tiene algo de diferente, que el hecho de que la luz de la montaña haya mudado senderos de tu cabeza te da un valor añadido inmenso y gustoso (para los lectores).

Que estoy encantado con este texto tuyo que abre líneas de choque. Vamos. Y que babeo, sí, contigo y con otros que por aquí escribís, pero que eso es estupendo para mejorar las expectativas de los que vinieron en cayucos y venden klínex, así que vaya lo uno por lo otro.

«y se abrirán nuevas incógnitas.
Así siempre empezar a seguir viviendo.»

Que se vayan abriendo.

MSalieri dijo...

Palabra clave: refocilar.

Anónimo dijo...

(Una amiga me acaba de hacer llegar tu libro. No he querido empezarlo para no dejarlo a medias. Lo estoy mirando. En cuanto cene me pongo con él.
¡Por fin!
Creo que la cena va a tener que esperar.
Ya te contaré. Un abrazo fuerte.)

Anónimo dijo...

¡Yaaaaaaaaaaaaa! Lo he devorado. Tengo que volver a leerlo, hacerle la ficha y ponerlo en la estantería. Es uno de esos libros a los que sé que volveré más de una vez.

Después de leer la contraportada y el prólogo, no sé qué puedo decir sobre tu libro. Se me ocurre que no me gustaría que perdieras esa manera de narrar “diferente”, como si las historias y las palabras tan sorprendentemente encajadas hubieran surgido de una manera tan natural como insólitas son las historias y la manera de contarlas.
Ya sé que no me explico, lo que quiero decir es que eres una “voz nueva” y que haces falta. Eres brillante. ¿Cómo alzaste con palabras algo tan sólido?

Así de entrada los cuentos que más me han gustado de Casi todas las tijeras son:
Papiroflexia
De Jota y de Momo o el saxo y la carne
Y todo, todo, todo, de la página 109 a la 177.

Confío en que los editores no sigan editando a la gente de siempre porque venden y son valores seguros, confío en que al lado de tu libro de cuentos pronto haya más libros escritos por ti en mi estantería y confío en que no cambies tu manera de escribir porque haces falta.

Recibe mis felicitaciones por tu libro y mi agradecimiento por hacer que pueda tenerlo y disfrutarlo.

Lara dijo...

WINSTA:

Estoy flipando.

Me he puesto hasta nerviosa.

No sabes cuánto cuánto cuánto te agradezco lo que me dices, lo que haces con esas páginas, y el hecho de que esas páginas hayan llegado a ti.

No puedo decirte nada.

Más adelante leeré de nuevo tu comentario, ahora me tiemban un poco los dedos.

Gracias.

(A todos)

Anónimo dijo...

Y las mariposas surgen en mi jardín al calor del más tímido rayo de sol, y cristalizan en millones de esponjosas formas distintas por debajo del punto de congelación, que encajan unas con otras en dientes que nunca antes encontraron engarce, ni después, y pueden andar con todas las heces del mundo por los tobillos, refocilarse en las miasmas más nauseabundas, porque nada les es ajeno y nada les toca.

Podría deconstruir todo lenguaje buscando un significado último a partir del cual escribir un libro verdadero. Podría construir moldes gramaticales transformacionalistas, derivar a más amplios generativistas, reducirlos a programas minimalistas, perderme en delirios de grandeza universales, extenderme a su representación matemática o sus aspectos psicológicos, ... quizás entonces estaríais en disposición de entenderme, pero no me comprenderíais, como comprende una muñeca rusa a su inmediata, como me comprendo, como os comprendo. ¿No comprendéis nada? Perfecto, estáis en disposición de comprender. ¿Seguís sin comprender? ¿Cuántas canciones y poemas de amor se han escrito? ¿Cuántos se escribirán? ¿Se acercan todos ellos juntos a describir siquiera de lejos lo que se siente al estar perdidamente enamorado o cuando te rompen por primera vez todo tu corazón?

Pero como ya dije, aunque nada me es ajeno, nada me importa.

Lara dijo...

Anónimo compañero al que no atino a descifrar del todo:

con la bandera puesta de una interrogación en la cabeza y por espada amistosa un signo de exclamación, y sin compender, pero sabiendo que es buena cosa porque estoy en disposición, entonces, de comprender, sólo quiero responderte a una pregunta:

en mi opinión, sí se acercan. Sí se acercan las palabras de los poemas (ajenos) a lo que expermimenta un corazón. Creo que mi corazón, estando en ocasiones intacto, se ha roto muchas veces sólo por leer un poema.

Besos.

Anónimo dijo...

Besos. Qué bien todo.