lunes, 14 de enero de 2013
Un relato inédito, por ejemplo
Tantas cosas pendientes de contar que es aburrido sacar un rato y abrir la baraja. Yo pienso mucho en este blog. A lo largo de los días escribo entradas imaginarias. Pienso mucho también en mi cuaderno. A lo largo de los días apunto señales imaginarias. A veces suena el trombón: me siento, agarro el lápiz, escribo algo parecido a un poema. Trago todo el vino y me siento satisfecha. Juro que lo haré más a menudo, como antes. Pero hay tantas cosas ahora que antes no hacía, que siempre estoy en falta. No importa todo esto. Quizá es suficiente con hablarle a los amigos, a los que puedo tocar, a los que también agarro, con los que trago todo el vino. Por supuesto escribo cartas, siempre escribo cartas (la gente que está lejos no lo está así). Por supuesto, espero cartas. Algunas no llegan.
De verdad tengo muchas cosas que contar, más o menos importantes, incluso decisivas e intolerables o magníficas. Y un montón de tonterías del día a día.
Una de ellas es que hay un relato inédito aquí. Lo escribí para una cueva (ya saben, las cuevas). Le cambié el título, le puse "Se parecía a Drew Barrimore", que creo que es un título tan malo como el que tiene ahora. El título es malo, el relato ya me diréis vosotros, pero la revista donde se ha publicado es buenísima. Gracias, Gui.
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6 comentarios:
Grande, Lara. Un beso
Joder, LARA, me has dejado como dicen que dejan los grandes al leerlos.
Para mí grande, grande eres tú.
Tengo que volver porque este relato es para un estudio.
Besos admirados.
Volver aquí ahora que por fin compartimos café y vino y pizza y otras cosas. No me acostumbro. Genial tu vuelta. Besos de salón.
Qué caricia en el espíritu el buzón de correos.
Escríbeme una carta. Ándale. Voy a leer el relato. Paprender.
Significado, sí.
Escribir en el cerebro es una escritura tan buena como cualquier otra. Los poemas intolerables se te ven luego en los gestos.
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