martes, 6 de marzo de 2007


Familiaridades domésticas que nos traen la felicidad astutamente.

El olor familiar
del cubo de basura
cuando te agachas a pelar una
manzana
justo en el borde del plástico,
de la bolsa
llena hasta arriba
de elementos orgánicos
a los que no les dará tiempo
a convertirse en útil abono
para mis tierras de consumo.



Es todo lo que puedo decir en un martes tardío de resaca, donde las nubes parecen vientos de lunes, mientras la carne se consume lenta en el vino, tras dos noches de soñar con arañas multifacéticas a las que he inseminado esta mañana con insecticida para elefantes.
Las mantas rojas se airean al fuego del jardín, comienza a llover. Salgo corriendo, en seis zancadas cruzo el césped, hundo las manos en la lana mojada.
He vuelto a la montaña. Espero con paciencia.
Observo los libros que he sacado de la biblioteca: Montale, Simenon, Colette. ¿Quiénes son esos tipos viejos?
En una foto a mi derecha, Edith Piaf y Georges Moustaki se sonríen a carcajadas en una orilla de arena. El sombrero de paja de ella, deshilachado, me recuerda que pronto llegarán soles feroces.
Un duende encapotado de rizos se me acerca: "pronto acabará el invierno", me dice.
Pienso en un oficinista aburrido con el flequillo sobre la frente y miles de archivos abiertos en la pantalla. Aprieto mucho el entrecejo (donde se me han acumulado dieciocho horas de música electrónica) y le mando señales caligráficas: las vías del tren se alargan hasta el infinito. Andemos, entonces.

10 comentarios:

Miguel Marqués dijo...

Me gusta el sombrero de paja de la Piaf. Me gustan los duendes con rizos o sin ellos (con rizos, más, verdes, grises, rojos). Me gustan las piedras y el olor a cosas que se comen. No me gusta el entrecejo lleno de cosas que pesan. Me gustan las arañas, pero sólo si son pequeñitas y se comen (sin hacer ruido al masticar)los mosquitos para que no nos incordien en el verano por venir, y podamos contar estrellas (sí, así de cursi), y podamos contar estrellas, o eclipses, con la ventana abierta y luz encendida.

Anónimo dijo...

¿De Simenon El gato, tal vez? Qué bueno, El gato.

Lara dijo...

No, P, Los vecinos de enfrente.

(Qué alegría verte, bueno, casi verte.)

Anónimo dijo...

-El gato -dijo él.
-El loro -dijo ella.
¿O era al revés, quizá?

NáN dijo...

la foto de las “felicidades domésticas” (que cuánta razón tienes, pero si la casa fuera de 2 chicos, esa foto no podría haberse tomado).
El canto al olor del cubo de basura (que queda como si tal cosa, ¡huele tan bien en tus palabras!, la basura útil, o que debería serlo).

¡pobres arañitas, que estaban ahí para defenderte de los mosquitos! (interludio de danza de la guerra, ahora que ya conseguimos que lloviera: ¡más estética que ética, pero tampoco te fíes!)

Has vuelto a la montaña. Te parapetas de libros (solo he leído al poeta) y de discos (los dos muy oídos).

Luego hablas, me ha parecido, de las cosas tuyas (he leído, claro; pero sin mirar).

¡Y todo eso en ese trocito de entrada, sin grandes cosas ni aspavientos! ¡Qué grande! ¡Cuántas alegrías me dais! (Y no paréis de andar... ¡o de correr! Keep on running ¿Manfred Mann?)

Anónimo dijo...

Sigamos andando a tu ladito, que parece que ahí, tan cerquita de tu respiración, los soles del verano serán más benévolos.
Edith Piaf y tus manos hundidas en la lana y las ganas de verte como siempre llena de risas que contagian hasta los entrecejos fruncidos.
Hoy, intentaré no abrir demasiados archivos en mi ordenador, a ver si así, me llega la retahíla desdicha de Simenon.
Nos vemos el sábado, Niña Lara.

Lara dijo...

¡Nos vemos, nos vemos!

NáN dijo...

¡¡No, Manfred Mann, no!!

Spencer Davis Group. A escuchar en http://www.radioblogclub.com/open/85428/keep_on_running/Spencer%20Davis%20Group%20-%20Keep%20on%20running

Anónimo dijo...

¿18 horas de música electrónica acumuladas? ¿a quién se le ocurre?

Lara dijo...

Viki, viki...