lunes, 19 de noviembre de 2007

Empacharse de Onetti es esto, y tan a gusto:



Córdoba, El hombre río


"Sospechó, de golpe, lo que todos llegan a comprender, más tarde o más temprano: que era el único hombre vivo en un mundo ocupado por fantasmas, que la comunicación era imposible y ni siquiera deseable, que tanto daba la lástima como el odio, que un tolerante hastío, una participación dividida entre el respeto y la sensualidad eran lo único que podía ser recibido y convenía dar."

El astillero, Juan Carlos Onetti

21 comentarios:

mariona dijo...

¿y esta foto TAN espectacular?
(por no preguntar por tus horas, estas horas ambiguas nocturnas y mañaneras...)

Lara dijo...

¿Te gusta?
Es un hombre gigante que ha crecido en el río Guadalquivir a su paso por Córdoba. Según va la corriente, mira hacia el norte, el sur, el este o el oeste. Me quedé a cuadros cuando lo vi.

Javi dijo...

Hola!!
Yo tuve la oportunidad de verlo hace dos veranos y la verdad es que te quedas impactado.
Pues según tengo entendido habrá que darse prisa si la queremos volver a ver porque la quieren quitar por exhibir la obra sin permisos.
Un abrazo
-javi-

Anónimo dijo...

"...que la comunicación era imposible y ni siquiera deseable" uf!!

Pues mira que me he quedado un buen rato observando la foto, dudando de si era un dibujo, un montaje o yo que sé... ¡que buena!

Virginia Barbancho dijo...

Yo hace mucho que no me dejo caer por Córdoba (muy mal), pero, por donde está esto? Con un poco de suerte no se lo llevan y me da tiempo de hacerle una visita

Anónimo dijo...

Mi más sincera enhorabuena Lara, llevo meses enganchada a tu blog y me maravilla cada cosa que escribes... Una pregunta: ¿es entrada libre lo de La Buena?

Saludos!!

Aurélia Jarry dijo...

Qué foto!!! Más esncial no puede, verdad?
El compromiso humilde con la ternura...
La hermandad como cohete!

Lara dijo...

Hola, Javi: no sabía que querían quitarla, ya la modificaron (al parecer, al principio no sólo cambiaba de sentido sino que se movía libremente por el río, o algo así, creo, un susto).

Viki: la visitaremos! Está en la Ribera. Bueno, esa avenida o calle tiene su nombre, pero todo el mundo la llama así, por motivos obvios, y está junto a un puente.

Irene: ¡gracias!

Anónimo: claro que es abierto. ¿Te vas a pasar???

Aurélia: ¡un beso enorme!

Anónimo dijo...

Uh, Onetti.

¿Qué se puede esperar de un tipo que decide meterse en la cama y quedarse allá?

Yo no estoy de acuerdo con él en casi nada. En eso del texto, menos.

Y tanto tiempo en la cama... ni con la Mónica Belucci. Incluso con ella, a partir del segundo mes seguido debe uno empezar a aburrirse hasta un poco (sólo un poco)...

Lara dijo...

Sobre gustos ya se sabe.

Pero una cosa: lo de que Onetti estuvo tanto tiempo en la cama es un mito. Onetti estuvo en la cama (independientemente de que la cama le gustase mucho a lo largo de su vida) los últimos años, cuando estaba enfermo. Por otra parte, yo no tengo ningún inconveniente con que la gente pase tiempo en la cama, la verdad, y menos si están escribiendo, y menos todavía si están escribiendo cosas como las que ha escrito Onetti.

"Literalmente" tampoco yo estoy de acuerdo con lo que dice, tan así, soy infinitamente más optimista que todo eso. Pero al menos para mí, la literatura tiene eso, ese punto de espejismo, de hipérbole, y más todavía los personajes de cada escritor. Y así la disfruto, como literatura. Los molinos de viento, ya se sabe, no eran gigantes. Eran molinos.

¡Un beso fuerte, Micro!

Anónimo dijo...

Pues no estoy muy seguro que se pueda estar de acuerdo o no estarlo con un texto así. Puede gustar o no. A mí me entusiasma, porque me parece una descripción precisa y exacta de lo que les sucede a algunas personas. A él mismo: darte de frente con la convicción de que la soledad y la incomunicación son absolutas, que la vida apenas si va más allá de "¿Te traigo un café?", "Tráeme un café", es una opción.

Otra cosa es que esa opción, prefiramos (yo lo prefiero) mantenerla lejos de nosotros.

En cuanto a lo de que era un "encamado", creo que sí lo era. Muchos enfermos como él salían y salen a la calle, o a la sala de su casa. Lo suyo era vocación.

Un grandísimo escritor, de los que te hurgan.

carmen moreno dijo...

Pues a mí, Onetti, me parece un genio. Claro, como tal era un pelín excéntrico.

En cuanto al texto, no sé... A veces caminamos entre fantasmas, ¿no crees?

Anónimo dijo...

La foto es espectacular, cómo dice Mariona, me encanta!!!!... y el texto también... debe estar bien eso de empacharse de Onetti... lo probaré.

Un beso.

Anónimo dijo...

Claro, Nán. Es como estar de acuerdo con Segismundo o incluso con Don Mendo... no se puede. Tienes razón. Pero es porque encarnan posturas ante la vida que uno puede posicionarse a su lado o no. Se puede estar en desacuerdo con la postura vital del Walter Arias de Benítez Reyes o con la manera de tratar a Teresa por parte del Tomás de Kundera. O, si lo prefiere, pensar que el uno es un golfo y el otro un gilipollas de la vida, que es otra manera de posicionarse ante un personaje. Si lo tomamos desde esa perspectiva, sí podría uno "estar o no estar de acuerdo" con un autor, si habla por sí mismo, o con un personaje.

En cualquier caso, esa nube cenicienta que se posa ominosa sobre los textos de Onetti me deprime. Podría leerlo con placer, per odespués me tenddría que meter una dosis de Benni para quitarme el regusto a derrota inapelable.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Un tolerante hastío... Brutal.
Lo del hombre río: apareció una mañana en Córdoba, junto al puente romano, y lo hicieron quitar, pero la ciudad se había encariñado con ese señor y al final hubo que ponerlo, anclado, eso sí, porque se iba pa arriba y pa abajo... De lo más divertido que ha pasado en Córdoba en tiempo.
Vamos, ese me contaron mis paisanos...

Anónimo dijo...

¡Me gusta su automedicación literaria, Don Micro!

O sea, si yo leo e Banni y me pone demasiado contento, ¡siempre podré coger un libro de Onetti para equilibrar las cosas!

Reb dijo...

A mí la frase me parece espectacular, dramática, aunque de un aislante egocentrismo. Lo de la cama-nido-escritorio lo comparto profundamente. La foto me parecía sacada de algún lugar lejano, la idea de ese hombre viviendo en el río es extraordinaria! Todos las riberas deberían tener uno así...

Miguel Marqués dijo...

Yo con la Bellucci estaría en la cama los tiempos de vida de Onetti, Canetti y Mendicutti :P

Anónimo dijo...

¡Menos lobos, Trimegistro!

Gemma dijo...

La imagen es buenísima ¡y tan inquietante!

Respecto a Onetti, un sabio.

Gonzalo Paredes dijo...

Onetti era un tipo difícil. Conozco gente que lo conoció personalmente. Cierto; son versiones. Pero coindicen notablemente. Sea como fuere, ese pasaje citado me ha parecido siempre genial. Tenía la duda de si me parecía genial a causa de algún remoto resabio nacionalista que aún me quede, pero no, al parecer no, ya que aquí no hay -que yo sepa- uruguayos, y parecen igualmente impresionados.

Saludos.