domingo, 16 de diciembre de 2007


Eres hijo de ti mismo y creces, desconocido, hacia otro lugar.

14 comentarios:

NáN dijo...

¿Y quién eres, cuando has llegado al otro lugar?

No es una pregunta por decir algo. Me interesa conocer tu respuesta.

mariona dijo...

(jiji).
Eso, eso: responde.

Lara dijo...

Yo todavía no he llegado. Ya os contaré.

NáN dijo...

vaya.

Bueno, pues entonces paso a la otra parte: creo que tienes razón en lo que dices, que lo anterior es vital, pero la esencia del yo es cómo lo digerimos, cómo lo hacemos yo.

Y creo que eso no les pasa a las aves de esa hermosa fotografía. Por lo que la foto es perfecta para el caso.

igor dijo...

...yo sólo puedo decir que qué foto más impresionante... levanta el ánimo, la calma, el vuelo... o conecta con un@ mismo y con la naturaleza...

Miguel Marqués dijo...

El yo, el tú y el que era y su perpetuidad amoral. Siempre adelante, siempre más gente por debajo, que llega, y algunos con nuestra huella que se irá difuminando con los años.

MSalieri dijo...

¿Y si no creces y te quedas peterpaneado? Algunos se quedan (nos quedamos) de público en su (nuestro) fondo norte mientras otros corren la banda hasta la portería contraria.

(Betis 3 - Almería 1)

Virginia Barbancho dijo...

¿Y no consistirá llegar precisamente en ser hijo de uno mismo?

Y no lo digo por ahondar en el trabalenguas.

Magníficos pájaros recortados sobre el azul.

Inflaman

Anónimo dijo...

Sí, uno es hijo de uno mismo. Pero uno tiene también un montón de tíos, primos, sobrinos...

Anónimo dijo...

Tal vez en ese lugar lleguemos a ser el padre o madre de uno mismo...
Podría ser el resultado de crecer... o no.

Peter dijo...

Cuando llegas a Otro Lugar, eres una persona más madura de la que eras. Has crecido, paradoja de ser el hijo de un padre más joven.

Eso no quita que seas el padre de tu futuro tú, cuando dejes Otro Lugar y camines hacia el siguiente Otro Lugar.

Quien crea que ha llegado al fin, simplemente se ha detenido en Ninguna Parte.

A veces, Ninguna Parte recibe el nombre de Nunca Jamás. Porque, por mucho que lo intentes, nunca jamás podrás quedarte allí eternamente.

Anónimo dijo...

Llevo desde ayer pensando en lo que has escrito y no sé bien lo que opino... si te refieres a que estamos solos en el camino y en la búsqueda, de acuerdo.
Pero cuando creamos una vida, de golpe, tu árbol genealogico te viene a la cabeza. Resulta que TU hijo es de mucha otra gente que le quiere y que siente que es parte de su vida, de sus entrañas. Igual ese niño tiene incluso mas de tus padres que de ti misma...
Y sobre llegar a algún sitio... dudo que nunca vayamos a llegar. La gracia está en seguir caminando.

Lara dijo...

Es realmente interesante ver las intepretaciones de las palabras. La verdad es que yo he escrito eso por impulso, con una sensación muy concreta que igual poco tiene que ver lógicamente con la frase. ¿No se os vienen, a veces, pensamientos a la cabeza que parecen sacados de "otra" cabeza que no es la vuestra? Pero la frase está ahí, el pensamiento, y si te detienes un poco existe, igual que existe la sensación que te llevó a escupirlo. Por lo demás, esta vez no tengo tan claro adónde pretendía llegar, porque quizá no pretendiera llegar a ningún sitio. Me gusta apuntar esas frases locas que le vienen a uno, y esta vez, el resultado es bueno: vosotros la habéis interpretado, cada uno a su forma, y cada vez que leo vuestras palabras pienso que ésas son las respuestas. Hay frases que uno escribe que no llega a entenderlas hasta un tiempo después. Y repito, yo todavía no he llegado.

Aina: ¡he dicho la palabra mágica, ¿no?! Tengo ganas de verte, con tu bichito de luz!

Gracias a todos!!

Gemma dijo...

Llego tarde...

...Así como no discurre la misma agua dos veces por el mismo río, así nosotros...