domingo, 2 de diciembre de 2007

No sabemos qué hora es, pero emprendemos el camino. Intuyo que se hará tarde para el almuerzo. Viajamos por el borde de la carretera, y empezamos a bajar el monte de pinos. La hierba está aplastada por el ganado y el invierno futuro, y no sentir a qué distancia está la tierra de mis pies me provoca un poco de miedo. Tengo una botella de agua y un extracto del periódico de ayer guardados en la bolsa. Mientras los pasos avanzan, pienso aquello de envolver las vísceras en papel de periódico. Tu perfil está cerca y está lejos por el silencio y luego está cerca otra vez porque encontramos un tronco caído que atraviesa el caño seco. Tú te sientas en el tronco y te cuelgan las piernas, yo te observo. Hay grados de percepción de la realidad, y estamos en un grado medio. Un estrato de la raíz ya nos pertenece, y después está la llanura. Lo sentido se va suavizando y me apoyo en la madera, a tu lado. Hace sólo un momento la luz estaba alta, y ya comienza el otoño a enrojecerse. No sé de qué hemos hablado, al poco rato bebíamos vino blanco y comíamos pescado blanco y ensalada de espinacas frescas y gajos de mandarina. Ahora que le doy permiso al domingo para eternizarse se hace corto, y una pequeña traición temporal queda instalada en esta habitación desde la que escribo, donde la jugada a veces es perpetua y a veces inexistente. Quedémonos prendidos de un día cualquiera, malheridos, hostigados de tu mano, apretujados. Que el vaivén del olvido no nos toque la sangre.

11 comentarios:

Gemma dijo...

Empiezo la lectura pensando que voy a leer un relato. Prosigo y de pronto me veo inmersa en una prosa poética. Al acabar, mi memoria retiene estos versos nada prosaicos:

"Quedémonos prendidos de un día cualquiera, malheridos (...). Que el vaivén del olvido no nos toque la sangre."
Un abrazo.

kika... dijo...

"Ahora que le doy permiso al domingo para eternizarse se hace corto..."

Qué raros son los domingos. Y qué texto. Eran bonitas hasta las espinacas.

Muchos besos,
K

Virginia Barbancho dijo...

"Hay grados de percepción de la realidad, y estamos en un grado medio"

Me lo guardo por si las meigas...

Beso

M dijo...

Un día como una vida. Amencer, mediodia y muerte; noche y (inevitablemente)olvido. (que nos toca las venas)

Anónimo dijo...

La noche llevó, sin embargo, pequeñas muertes seguidas una tras otra, que eran olorosas y amenazaban con colores y gritos. Le terminaron robando al domingo su victoria en el último segundo.

Vudú launch

NáN dijo...

Con Lara, Mega, casi nunca se sabe al principio. Luego sí. Se lo dije una vez, o hasta cinco veces: escribe maravillosos poemas narrativos y fantástica prosa poética.

Pero no lo hace por chincharnos. Lo hace porque así su modo es suyo, y valioso. Que es lo que tiene que hacer un escritor.

No me voy a quedar con unas palabras concretas, sino con esa sensación de fluir.

A mí no me importaría nada leer una novela que tuviera muchas partes así. Porque de un libro busco párrafos, palabras que embriaguen, razones para sacar el lápiz. (Los alardes "esructurales" de academia, tan frecuentes ahora, me tocan ya un poquito las narices).

Gemma dijo...

Nada que objetar, querido Nán.
;-)

AROAMD dijo...

'estas raíces frágiles,
este miedo a la altura de la vida'

leía esta mañana en un librito que se llama 'el tobogán' que igual conoces... y luego me fui de paseo contigo

los permisos al domingo...

y este texto, que para haber tenido un grado medio de percepción se siente por todas partes

manolotel dijo...

Coincido con los comentarios anteriores sobre todo en lo referente a esa especie de improvisación que va derivando tu prosa hacia una poesía intuitiva e íntima, alejada de estructuras, sí, pero con un ritmo interior muy definido y clásico.

"Que el vaivén del olvido no nos toque la sangre" Este "verso" me recuerda la letra (y la música) de una canción estupenda de Silvio Rodriguez. De repente me ha venido la idea de componer un soneto que comience con este alejandrino. Igual podría ser... Bueno, ya veremos.

Un besote.

Beatrix Kidoo dijo...

Qué otoño tan bonito! Si quisieras prestarme un trozo... el mío es algo más gris y largo, pero espero que acabe pronto. Espero que acabe pronto.

Gracias por pasarte por mi blog! Me ilusionaron tus palabras :)

besosonrisa

Anónimo dijo...

Lo tuyo definitivamente es la narración, no la poesía.
Este es tu fuerte, continúa aquí no te desvíes...