miércoles, 23 de julio de 2008

Vendrá de la manera más descalza, rompiéndome una puerta, una rotura, un desgajo.

Vendrá cuando no haya más remedio.

Ayer un vodka tónica en la tarde nos dio la solución: vivir como los monjes, pasar de la tormenta a los silencios. Disimulemos entre libros. Al fuego las oraciones.

Lo demás, un ritmo intenso de porquería. Pero es verano.

Aquí, la soledad del devastado: mis abejorros peludos y fríos, zumbando la lavanda, los monstruos arácnidos a los que he asesinado, con rayas en las patas, la tierra que se moja si la mojo.

Duermo en los trenes, mi libreta marrón yace postrada al fondo de un sinfín de cacharros en la bolsa.

Ahora miro la noche (no me di cuenta) y veo las mismas letras de ese cartel, no importa lo que digan: si dicen no aparcar, por ejemplo, si dicen no te quiero, si dicen algo urgente o algo pérfido, ya me da igual.

Es verano y ausencias y una calma rara corre por los días.

Vendrá de un huracán, molida carne, todo letras y vino, y qué alegría.



13 comentarios:

a.ma dijo...

din que é verán,
que o tempo vai lento e que as árbores da casa creceron no tempo que estiven fóra...
ou que ola, viaxeira, que xa estou en Galicia,
ou...

Anónimo dijo...

El cartel sale de ese huracán que tú dices, por eso está tan torcido, pobre.

“Sólo el viento nos arranca el dolor”

Eso es lo que pone. Traducción adaptada y no literal, claro.

No sé si mandar besos o soplidos…

igor dijo...

el viento tiene esas cosas... que de repente, sin darte cuenta, sopla y todo regresa... (ay, me ha dolido tanto lo de los arácnidos asesinados...) ffffffffssssssssss!!

AROAMD dijo...

¿vendrá de un huracán? hay una canción por allí que se llama 'Que pase el huracán', habla de amor, pero claro, dónde estaría Alejandro Santiago cuando la compuso, bajo qué vientos fuertes ...

Las abejas zumbando en la lavanda, yo revoloteando por tus palabras, una y otra vez regresando.

besos larit

carmen moreno dijo...

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar... Aquí tienes un trocito de mar para ti, si vos querés.

Anónimo dijo...

La ausencia es el viento que empuja la puerta hasta golpearte con clase(y tremenda educación)las narices. Eso es. Trisílaba como esta. Esa soy.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Estaremos atentos al huracán. Para meternos dentro, claro.

NáN dijo...

Qué hermosa crónica, Lara. Vendrá, claro, porque para venir hay que no haberse ido. Es solo una ausencia. Y la manera descalza es la manera de los monjes. No está mal lo de tormenta o silencios como modo exclusivo. ¡Para pensárselo!

¡Qué alegría!

Aurélia Jarry dijo...

Sí que vendrá!! Y sin tenerle miedo a las arañas! De las tormentas a los silencios... Igual sin la vodka tónica, me parece lo mismo... Todo lo que nos queda por beber!!

síl dijo...

aish, las ausencias del verano... buf! a mí cada vez me cuesta más superar esta estación... por suerte, siempre quedan los libros, las películas, el mirar al vacío sin nada más que hacer que no pensar y disfrutar del silencio(urbanorelativo)

un abrazo

pd. espero que en la sierra por lo menos disfrutéis de algo de freso!

Virginia Barbancho dijo...

Vendrá un huracán, pero no será más que el próximo. La cosa es que llegue en su momento, es el único problema de los huracanes.

Besísimo.

Aurélia Jarry dijo...

Qué bien que aparezca quien nos diga lo que no sabemos y sin embargo sabemos de sobra, por encima de la significación misma. Con este tema voy precisamente con Carme, con que todo está, ya; sólo que a veces no estamos preparados para traducirlo ya.
Beso de olor a sábanas de jardín del monte.

Anónimo dijo...

Cuando yo siento eso sacudo la cabeza y me cambio de pie de apoyo.

Así de gallina soy.