martes, 23 de junio de 2009

El sol cae fuerte sobre mis piernas desnudas y mis pies sucios. Veo la blancura de mi piel desaparecer en un contraste de poca definición, quemada la imagen por exceso de luz.

Posiblemente aún con la cara desfigurada, observo unos cactus desbordándose de sus tiestos resecos, y muchos tejados ennegrecidos. Me llaman las gaviotas químicas desde la Barceloneta.

Uno nunca escribe sobre las largas noches de baile. Sobre los sonidos estridentes y rítmicos, sobre el saco de huesos de Chernóbil que somos todos moviéndonos, dando pequeños saltos en una pista de cemento llena de plásticos rotos.

Las mañanas bochornosas sin color, y los cuerpos abotargados en las aceras esperando a que vengan los coches a recogerlos.

Pero hay un punto delicioso y deslizante en ese frenesí caótico que consigue arrancarnos de la vida o devolvernos a ella sin ningún precio que pagar por la realidad.

El conservadurismo de nuestros cuerpos nos recordará al día siguiente que no éramos dioses ni espectros.

Pero la fragilidad no existe en las noches de verano, cada vez más escasas y espaciadas.

Es curioso pensar en cómo llegará un momento en que lo abandonemos todo.

No sé si la renuncia es progreso o destrucción.



19 comentarios:

juan bello dijo...

ni dioses ni espectros: ángeles. noches de verano, más escasas y espaciadas -esparcidas. los caminos tienen dos sentidos, progreso y destrucción duermen en la misma cama.

Gemma dijo...

Es progreso (creo yo) motivado por el propio envejecimiento.

El colmo es que, encima, nos destruya... ;-P

Me encantan tus prosas (yo, erre que erre...)

Sergio dijo...

y quién dice que los dioses no tienen cuerpo? un cuerpo hecho de carne y de vapor, pero un cuerpo.

Virginia Barbancho dijo...

Y quien tuviera cuerpo para sentirse como un dios!!!!!

(pagano, por supuesto)

precioso despertar...

Marian dijo...

Destrucción

(abrazo)

Dara dijo...

La renuncia es crecer. El éxtasis seguirá caminando sobre nuestras huellas, pero le encontraremos de otras formas.



un miau en un barquito para ti :)

ILSA dijo...

Puede que suene más a destrucción que a progeso. Pero hay que intentar siempre que el soltar la mano de una cosa sea sólo para dejarla libre para coger otra. Y así avanzar y no renunciar.O renunciar pero avanzando. O... qué sé yo.

Besos y dudas.

trovador errante dijo...

Efimérides efimeras. Si, contrastes de luz. Todo desaparece, sin adjetivos, pasado o futuro. Nuestra filogenética de mierda.

Y si, añoro la parte animal, aunque conservemos nuestro amor humano.

Un beso efímero Larita

Sonia San Román dijo...

Progreso destructor.
Pero qué gusto.

ETDN dijo...

La renuncia es una elección, aunque no siempre lo parezca.

Pero la fragilidad no existe en las noches de verano, cada vez más escasas y espaciadas.

Las noches de verano eternas son patrimonio de la adolescencia, de la juventud. Aunque sigamos el resto de nuestra vida persiguiéndolas en cada noche. A veces, incluso, se produce el milagro.

bs

Carmen dijo...

Yo tampoco sé si la renuncia es destrucción o no, sólo sé que te leo y tiemblo...

Buenos días con Lara de telón de fondo... ¡me encanta!
Carmen

Aurélia Jarry dijo...

"El conservadurismo de nuestro cuerpo"... Como dices, que esto permanece siempre cada día como solo recuerdo. Salvo cuando, nos olvidamos, y que es, porque duele tanto, que ya ni se nota... Pero las noches de verano, sí que hay que notarlas también!!

Dylan Forrester dijo...

Cierto. Toda renuncia se debate entre progreso o destrucción.

Saludos...

Physical Brother dijo...

Mejor progreso destructivo que destrucción progresiva. Recuerda a Lavoisier y a Drexler que lo canta: dentro de los procesos *químicos* y *físicos* que tengan lugar en un si_ste_ma cerrado, nada se crea, nada se destruye, todo se transforma.

Progreso y destrucción son apreciaciones muy humanas y, me parece, adaptables al gusto del consumidor, así que adaptemos hasta que se nos gasten la química y/o la física.

Anónimo dijo...

... (aquí también las chicas llevan sacs à vin (literal, pero son objeto de fotos) y sin ningún disimulo se secan con el jersey los meados por la pata abajo, pies descalzos sucios, al lado del kiosko con la banda tocando duro) ...

Anónimo dijo...

Una evolución hacia la involución.

NáN dijo...

ja, já, ¡tengo un máster en eso!

Así que, como profesional, no opino sin cobrar honorarios.

Destrucción es una palabra demasiado hermosa para describirlo. Te propongo 4, que se mezclan en fórmulas exclusivas:

Indignidad
Deterioro
Belleza
Luminosidad

NáN dijo...

Se me olvidó decir que incluso en esas notas al vuelo que tomas con los huesos dislocados, tu expresión sigue siendo conmovedora.

María a rayas dijo...

qué buena descripción de noches electrónicas. Comparto todas las sensaciones y las dudas ¿la renuncia es destrucción, es progreso?

a veces uno necesita destruirse para al despertar estar dispuesto a construirse de arriba a abajo. (aunque despierte a mediodía y con una resaca de campeonato)

un beso fuerte!