Epístola a los transeúntes
Reanudo mi día de conejo,
mi noche de elefante en descanso.
Y, entre mí, digo:
esta es mi inmensidad en bruto, a cántaros,
este mi grato peso, que me buscara abajo para pájaro;
este es mi brazo
que por su cuenta rehusó ser ala,
estas son mis sagradas escrituras,
estos mis alarmados compañones.
Lúgubre isla me alumbrará continental,
mientras el capitolio se apoye en mi íntimo derrumbe
y la asamblea en lanzas clausure mi desfile.
Pero cuando yo muera
de vida y no de tiempo,
cuando lleguen a dos mis dos maletas,
este ha de ser mi estómago en que cupo mi lámpara en
pedazos,
esta aquella cabeza que expió los tormentos del círculo
en mis pasos,
estos esos gusanos que el corazón contó por unidades,
este ha de ser mi cuerpo solidario
por el que vela el alma individual; este ha de ser
mi hombligo en que maté mis propios natos,
esta mi cosa cosa, mi cosa tremebunda.
En tanto, convulsiva, ásperamente
convalece mi freno,
sufriendo como sufro del lenguaje directo del león;
y, puesto que he existido entre dos potestades de
ladrillo,
convalezco yo mismo, sonriendo mis labios.
*Vallejo hacía uso libre de la ortografía, como se puede ver.
Recogido en César Vallejo, Obra poética completa, "Poemas humanos",
Alianza Literaria, 1999
11 comentarios:
!!!!
Muchas gracias por el regalo.
Vallejo, noble compatriota, siempre certero y entrañable.
Besos :)
hermosa convalecencia.
la foto es potente
"mi inmensidad en bruto"
todos sabemos un poco qué es eso
Guuuaaaauuuu....
Lara...gracias!
(Qué gusto leerte los domingos)
Besos,
Kike
:)
Inmenso.
Gracias y besos.
Dan ganas de hacerse poeta leyéndolo.
Tener entre los brazos ese otro tiempo de quien aún no sabe usarlo.
Pensarle con cada célula, sentirlo, soñarlo, encontrarle sentido a cada movimiento, sufrir y disfrutar. Aprender el tacto de un osito imprescindible. Mezclarlo todo. Una maravilla.
Dan ganas de volver.
Besos y uno pequeñito nuevo y verde.
Si que bestia, una masa está
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