miércoles, 8 de febrero de 2012
Once. Imaginando que la vida fuera esto
Juegas con un trozo de pan duro. Con tus pequeños dedos índice y pulgar, vas sacando las miguitas como si fueran piezas de la maquinaria de la luna. A tu alrededor, la manta de patchwork se va llenando de pan desmigado. Observas las miniporciones de trigo, las rascas contra la tela. Estás silenciosa, clandestina. A veces me miras con intrigante expresión. En el gesto de tu boca, el júbilo disimulado de no-tienes-ni-idea-de-lo-que-acabo-de-descubrir. Sigo trabajando. De pronto empiezas a toser, te has atragantado. Corriendo me arrodillo a tu lado, te doy agua en tu vaso especial de aprender a beber. Tienes los ojos llorosos. Cuando pasa el obstáculo, sueltas tu carcajada de gamberra. Ya podemos empezar de nuevo.
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13 comentarios:
Ja ja ja, Lara, me encanta, es exactamente así. Un beso a las dos
ay. ¡¡la manita!!
¡Qué manita tan linda!
Y qué bien cuando sea mayor y lea eso tan bonito y tan cierto que va escribiendo su madre con ella en el mundo.
Besos.
Qué cerca estoy todavia de esa sensación en la que un gesto comunicaba tanto. Precioso texto.
¡Qué guay!
Que bien que ella econtró tu rastro de migas, lo siguió y te descubrió para por fin beber con libertad.
Gracias por la foto con texto!
Miguel Ángel Aragón.
palabras preciosas
La repanocha!!
Qué preciosidad manierista!
Qué ternura!
Hay tanta vida en tu blog, Lara... Es hermoso todo lo que hacés!
Me das la receta?!
Qué magia!
Me hiciste revivir trozos del cielo de hace ya unos cuantos años.
quiero pan!
Dan ganas de mordisquear sus dedines.
Besos, Lara!!
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