miércoles, 17 de octubre de 2007

Cápsulas de veneno

realidades

pasos marcados por el que huye

idiota despavorido.


Un lento amanecer que no se mira

la noche floreciendo

y yo muy lejos.


Temer una vez más por lo vencido

y recorrer las calles

sin moverme de aquí

de esta mesa

con esta tos de principios de otoño

con lo que es mío.


Uno no experimenta la transformación del tiempo

sino que acude a ella cuando ya es tarde.



20 comentarios:

mariona dijo...

(... y yo que desde conde duque querría traerte el vicks vaporup para tu tos a tu montaña...)
un beso, hada... que no eres otra cosa...
(es tan estimulante estrenar tus comments!)

AROAMD dijo...

También nos amanece a nosotros lentamente aunque no nos levantemos durante días-años de la mesa.
Porque aunque el tiempo no nos pase transformándonos, y aunque tarde acudamos, pienso que pesa.
(que soy muy mala yo comentando lara así que lo primero que pienso sale ... pero leyéndote siempre)
muchos besos

Anónimo dijo...

Y a mí que me gusta recortar citas. Usted es capaz de producirlas (véanse los dos últimos versos... con su permiso los recorto y me los guardo. Que la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita) (no, tampoco es mía la frase).

síl dijo...

aish! me diste! pasa el tiempo y yo en mi sofá...

me encanta la ropa tendida (qué lástima que en las ciudades casi no se pueda)

besos!

Anónimo dijo...

Ahora veo en las líneas de Aroa sus ojos vivos y en la ilusión de Mariona, su ilusionante realismo.

Y yo me muero de ganas de decirte que me muero de ganas de decirte...

Dora dijo...

Colada de colores otoñales.
Azules de cielo limpio, aire puro para respirar tranquilas mañanas y dulces y silenciosas noches, verdes de montañas suaves y vivas.
Quien tuviera palitos de madera y alambre fino para tender la ropa.
Un beso, Lara!

Anónimo dijo...

Ay, Niña Lara, y cómo corre el tiempo... Yo, creo, me levanté a tiempo del sofá para ver la ropa tendida, para atardecer junto a vosotros en la montaña. Ahora difícilmente me siento. Tampoco es bueno, no.
Pa cuándo dejamos lo de vernos?

Anónimo dijo...

Me encanta la ropa que seca rápido movida por el aire. De colores. Es como un acto de purificación y vuelta a empezar que te pide la camiseta que más te gusta y el pijama que más te abriga. Aquí no tengo viento para secarla pero si los colores, la camiseta y el pijama.El viento, las cuerdas y el resto de la colada, todo me lo dejé en Galicia porque no me cabía en la maleta.No cabía porque me raje mi mar. O que alí no Orzán marca o compás dos que contan as ondas en días de chuvia ou sol.
Bicos desde Barcelona
Antía

conde-duque dijo...

Aquí otro colado por las coladas... (en foto, claro).
Muy bonita.

Aurélia Jarry dijo...

Lara, eso es brutal. Esa hermosura de la bestialidad que tanto nos atrae.
Hace bien lavar la ropa a veces.
Cuídate mucho. Te quiero.

Anónimo dijo...

y donde voy a estar si no es en mi propio blos.

Lara dijo...

menos guasa...

Lara dijo...

La ropa que hay en la foto es un tendedero de las afueras de Oporto, pero yo aquí también tiendo en una cuerda que está amarrada al tronco de un tilo. Hoy he estado todo el día sola y resfriada, pero hacía un sol increíble que me recordaba al sur. He puesto dos lavadoras sólo para salir a tenderlas. La primera era útil, la segunda, absurda, pero me ha encantado atravesar el jardín en zapatillas y alinear las ropas con sus pinzas. Luego, más tarde, cuando ya casi no había sol, las he recogido. Ha sido lo mejor del día.

Un beso muy fuerte a todos. Qué bien que a algunos os veo pronto y a otros Tengo Que veros pronto (Carmen, Carmen... Aurélia).

¡Buenas noches!

El Aviador Capotado dijo...

Querida Lara. El tiempo tiene algo de fantasma cornudo que cuando quieres asirlo no está.

¿A quien no abruma saberse de antemano vencido?

Un beso para Lara y otro para Muigel

Anónimo dijo...

Cuídese el resfriado, Dama Lara.

Miel, limón y blah, blah. Y cariño y mimo. Que a veces no vienen mal, no se haga la dura.

Anónimo dijo...

La dura??? Quién? A ver, me he perdido algo.

Este coronel de bar se resfría enseguida, y entonces es más bien una nube de pijama y cariño.

Lara dijo...

(Sí, de dura tengo poco. Aunque Senioral es demasiado benevolente...)


¡Muchos besos a todos!

Anónimo dijo...

Anda que no me ha costado entrar, ¿eh? Y es que los fines de semana van siendo lo mío, cuando el tiempo se vuelve misericordioso.

Pero también me costaba arrancar porque el primer verso, “cápsulas de veneno”, me traía una imagen de ti como dama renacentista, dudaba entre florentina o veneciana (como eres curiosa te diré que terminaba situándote en Florencia) y ya el resto del texto se me negaba. No es fácil el poema, que mezcla a la buena de dios el tiempo del ahora en el que toses con otros tiempos casi eónicos.

Así que para leerlo bien, y a gusto, he dejado de dar saltos de artrítico y me he olvidado de cuándo y dónde vives, pero manteniendo la imagen de ti, delgadísima bajo las ropas de brillante seda con la que te pintaron, y te he situado en ese tiempo, como dama de mirada oscura y viva, mejor que los hombres que te rodeaban pero oscurecida en tu arte (rabiosa para dentro por ello) por ser mujer. Y ha funcionado (la ausencia de métrica reglamentada la achaco a la traducción). ¡Es increíble que hace más de 500 años una mujer escribiera algo tan actual y necesario como los dos últimos versos! «Uno no experimenta la transformación del tiempo sino que acude a ella cuando ya es tarde.»

Nocturna dijo...

Qué hermoso, Lara, que te deleites con los pequeños detalles...

Me gusta cómo escribes.

¡Saludos desde Argentina!

Jesús Beades dijo...

Me encanta la ropa tendida (y el poema de Claudio Rodríguez también).