Empecemos por estar mojados, dispuestos a secarnos a golpe de viento (sal surcando la célula).
Que no baste con creerse los rumores: dicen por ahí que he regresado de Huelva (llanura de arena y pinos). Lo dice la puerta abierta de mi casa, pero no puede ser. Mis manos huelen a sardinas asadas, a la piel de mis abuelas, a la playa cuando se acaba la marea, a un volante hirviendo que me recorre la costa, llamadas desde Suiza, los amigos, las familias, la música, la nada: el verano. El limonero está inmenso, tiene flores blancas a los pies. Dama de noche.
Un paisaje mortal en mi retina: el puente que entra en Isla Cristina, a la derecha, barcos, barcos, barcos. Barcos de pesca dormidos en el muelle, agua con plata.
Verano horizontal, de nervio y de caminos.
Ahora otra vida.
Otra vez los libros.
Ciudad que emerge bajo estos montes.
Literatura.
Abran las páginas: que queden algas en las comisuras.
10 comentarios:
aish, me alegro de tu vuelta pero imagino lo que debe ser dejar todo eso atrás... espero que te hayas llenado los bolsillos de todo ello y que cada día recuperes un granito para poner algo de magia al asfalto del centro...
un abrazo!!!
El domingo dormí sobre la arena de una playa gaditana con un brazo apoyado sobre "Casi todas las tijeras" como si me lo fueran a quitar.
Un abrazo muy fuerte Lara
benvenida!
cuántas ganas acumuladas de leerte, y de esperarte.
vuelta sí
pero verán que vamos cargadas de sol
besos
hasta prontoooo! (sin pantalla)
Un besote sureño. Imperdonéibol no haberse pasado por acá, pero ya lo apañaremos.
¡Hola Lara!
Los libros... y los amigos de por aquí.
Habrá que subir un día, a desayunar en esa terracita, a pasera descalzos sobre las flores blancas y a quedarnos a que se haga la noche.
Me encanta el texto pero, sobre todo, la sentencia final:
Abran las páginas: que queden algas en las comisuras.
Hermosísimo.
Un beso
Espera, Primo, que subimos contigo.
Pues qué bien que ya estés de regreso. ¡Y qué foto!
Un abrazo
y aquí, en el sur lejano, la primavera está al caer. Me gustó!
Y arena, y olor a sal... Otra vez me junté con este océano que compartimos. Me llevé la imaginación como materia de estudio. Te encuentro ahora junto a mí en esta playa de Africa, rodeada de libros... Y qué bien se está...!
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