no me deja la vida hasta el viernes ese tiempo de lento movimiento. Solo en la cama con los ojos entrecerrados, recién despierto y antes de recién dormirme, escucho vientos, puedo pararme a escucharlos, pero no puedo abrir los ojos del todo, ni levantarme, para no destrozar el día.
Tendré que esperar al sábado o domingo para concederme esos 45 minutos con 4 segundos. Las vidas de oficina son así.
8 comentarios:
¿Lo escuchas?
Parece que con el paso del tiempo se pierde entre el viento, hasta confundirse, ¿no?. . .
No más alibi, bilis, Lispector, Torquemada, dadaísmos.
No mas ismos. Más istmos. Más ritmos, con sus penínsulas de árboles y sus golfos de río y piedra lisa.
No más coartada ni contraseña.
¡Viva la primavera!
Jeje.
Aullido de amor, mordisco en la sien.
Pero yo lo escucho.
No más, lobo, no más: o sí.
no me deja la vida hasta el viernes ese tiempo de lento movimiento. Solo en la cama con los ojos entrecerrados, recién despierto y antes de recién dormirme, escucho vientos, puedo pararme a escucharlos, pero no puedo abrir los ojos del todo, ni levantarme, para no destrozar el día.
Tendré que esperar al sábado o domingo para concederme esos 45 minutos con 4 segundos. Las vidas de oficina son así.
45 minutos a tu lado, Niña Lara, son una eternidad a sorbos que te va erizando la risa.
¡Qué bonito ha sido verte!
Bonita imagen la que has elegido: ¿es del cuadro de Ofelia muerta?
Hola, 4ojos. Qué de tiempo. No, es una foto que hice de unas plantas-algas del río que pasa cerca de mi casa.
Pero bien pudiera ser...
¡Besos!
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