domingo, 20 de mayo de 2007


Pensé que en el campo encontraría la paz
y te confieso, mi amor,
que aquí sólo hay moscas.

Rebeca Le Rumeur



Hemos hecho el amor en la habitación, a esa hora difusa que precede al almuerzo, con dos moscas dentro.
Han estado pugnando por salir del cuarto, cabeceando doloridas contra el cristal de la ventana durante todo el rato.
El sonido de sus alas invisibles, molesto e intermitente, ha sobrevolado el ritual inesperado del sexo.
Las manos andaban aquí, allí, los huesos apretujados a la carne, y el ritmo fino de los músculos, todo contrastando con el posarse inquieto de las moscas sobre nuestra piel: ahora en una nalga redonda reflejada en el espejo, luego en una rodilla flexionada, como un gran estandarte para ellas, y nunca en sitios demasiado claves, ya ocupados por la saliva.
Desde la cocina venían las voces de Elvira y de Rebeca, el ruido del agua hirviendo y los cuchillos. Yo sé que ellas estaban bebiendo mucho vino mientras hablaban de hombres y de imposibles. Junto al zumbido de la mosca más audaz, rozando el hueco de mi oído, llegaba de pronto un mismo pronombre, pronunciado una y otra vez por las chicas: “él”. Era un “él” indefinido. Un pronombre indefinido personalizado en lo más hondo de la vida abstracta.
Al cabo de un rato, la psicofonía de los insectos y el canto divertido de las cocineras se han ido diluyendo en una atmósfera de cualidades infinitas.
Tu mordisco en el mordisco
de mis dientes,
una certeza animal
de la locura que se inflama dentro de la sangre,
ahí en el medio
de una brillante cotidianeidad
de moscas
y conversaciones.

30 comentarios:

Lara dijo...

(No entréis ahí arriba. Aunque igual nadie es tan tonto como yo para entrar. ¡Es trampa porculerísima!)

Anónimo dijo...

En realidad aquellos "él" eran puras negaciones de la reina del No y la del Tragar.
Rodé hecha una bolita de líquidos-bomba-conejo montaña abajo hasta la Residencia. ¡¡Lo pasé tan bien y tragué tanto!! Mándame las fotos, por fi. Me haría mucha ilusión tenerlas y redisfrutar del jardín y de vosotras con Miguel al fondo encaramado a una piedra.
Un besazo.

Anónimo dijo...

Qué precioso...
Había sabido de ti por Paco Cifuentes y por (mi) Alejandro Martínez ... y, si no te importa, te enlazo...

Un abrazo!

Reb dijo...

¿La reina del no va por mí?

Anónimo dijo...

Sí. Un día me contaste que para ti primero era el no.

Lara dijo...

Gracias, acróbata. Te seguiré la pista.

(Rebeca y yo viajamos una vez a una duna de césped de una playa llena de mariquitas rojas.
Inauguramos la etapa del sí a todo, cosa que ya llevábamos practicando unos meses. Esa noche pedimos alojamiento a dos desconocidos. Nos ofrecieron su sofá del salón y nos pusieron una película estupenda después de la cena. Fueron extremadamente educados y corteses con nosotras. Y se fueron a dormir, cada uno a su respectiva habitación, dándonos unas aristocráticas buenas noches, plagadas de ternura, desde la puerta del pasillo. Lo que jode del sí, es que te digan que no.)

Rebeca tiene los rizos llenos de síes.

Y tú no eres una bolita que rueda, Elvira, tú tienes los ojos como dos mundos redondos y maravillosos donde cabe toda la vida que nunca va a verse por televisión.

Y las moscas, por cierto, eran guapísimas.

NáN dijo...

Más que Berlín, la vida!
Y ahí tú, vosotros, haciéndola aceptable.

Puedes contar (cantar) cualquier cosa. Pero cuando cuentas lo esencial de ti (las moscas, los cuerpos, los ecos de la amistad), es cuando de verdad se hace universal. Cuando las palabras perfumadas rompen el artificio y se ve el regalo.

Anónimo dijo...

Cómo se te echa de menos, Niña Lara, a tantos kilómetros y sin posibilidad de hacerlos menos.

Al calor de otro cuerpos hasta las moscas parecen guapas. Con Reb en la cocina y un pronombre clavado en su acento...

Anónimo dijo...

Anoche leí en tu cuento aquello de "Aquí Alejandra Bicho aquí... aquí contra esto". Hoy descubro que hay actualización (ayer estaba muerta y no pude más que redescubrir el sofá). Las dos cosas me saben igual: el amor con vuelo pesado de moscas y el Alejandra Bicho dentro de "Julia [...]".

¡Cuánta lluvia!

Anónimo dijo...

En mi clase, durante la carrera, había un tipo muy raro.

(Acotación: yo me temo que ocupo una posición muy central en todas las distribuciones... esto, estadísticamente no está mal, pero algunas otras personas en mi posición sufrirían mucho, porque se les puede pasar por el centro del cerebro la palabra mediocridad y y no saber lidiar con ella. En fin, soy una microalga, y hay miles de millones de ellas idénticas a mí... quiere eso decir que cualquier cosa fuera de ese pequeño intervalo me puede parecer "raro". Discúlpenme).

Decía que en mi carrera había un tipo muy raro que hablaba con las bestias, los peces y los pájaros, y echaba a las moscas de su habitación conversando brevemente con ellas en voz alta, rogándoles que se fueran tras explicarles la necesidad de que abandonaran el cuarto y abriendo la ventana... las moscas nunca tardaban más de cuatro o cinco segundos en salir, obedientes. No me lo han contado, lo he visto yo mismo.

Y... Reb... yo salí nada menos que ocho años con una chica que tenía el "no" por delante. Hubo sus cosas difíciles, pero no sé si habría sido más feliz con una chica que siempre fuera "sí". Es que tengo mi puntito celoso (nada patológico, espero).

Reb dijo...

Dimito del reinado que me otorgais. Creo que conquistar un sí es casi una filosofía en la que me he adentrado sin saber nadar, es un ejercicio vital. Es verdad eso que le dije a Elvira de que mi tendencia inicial es el no. Pero desde hace años suelo sacar un gancho con forma de interrogación con el que escalo todas las montañas. Supero mi condición con un esfuerzo añadido que casi nunca se ve. cabrones. Sé muy bien lo que es luchar contra un no todos los días. Por favor, necesito una reverencia, estoy a punto de declararme: Conquistadora del Sí!!!

Lara dijo...

Ahí me agacho, niña.

Anónimo dijo...

reverencia más gracioso movimiento del sombrero, casi rozando el suelo con él.

Anónimo dijo...

Buena la he armado con un comentario inocente.
Me agacho, pero que sepas que el no es una fuerza poderosa.

MSalieri dijo...

Ya que dejáis libre el reino del Quizás, me lo quedo para mí.

Quizás algún día os invite a venir a verlo.

Anónimo dijo...

Me permitiría un consejo, autodestronada “reina del No”:
¡Hable con él!
(pero sin dobleces ni literaturas)
No puede perder nada, el “no” ya se lo ha adjudicado ¿no?
(Ya lo sé, no es cierto, ni una cosa ni otra)
Lo que resulte seguramente no será tan redondo ni las aristas tan bellamente punzantes. Puede que solamente sea la realidad.

“Él” prohombre indefinido, imposible y personal, presentando sus respetos a la recién proclamada “Conquistadora del Sí”.

Reb dijo...

¡Menuda maravilla! han llegado todas las reverencias volando como moscas pero con alas elegantes como las del virus de arriba. Disculpen mis prontos, últimamente estoy sensible blogisticamente hablando. Me parece un detalle precioso por vuestra parte.
Uno de los pasos de la danza consiste en inclinar suavemente la rodilla derecha mientras el pie de la izquierda se gira delicadamente hacia atrás. Después, las manos se se alzan mientras el pecho se inclina. Casi todas las bailarinas acabamos así los espectáculos.

Anónimo dijo...

Bueno pues...llegados a este punto...me inclino yo también.

Anónimo dijo...

"inclinar suavemente la rodilla derecha mientras el pie de la izquierda se gira delicadamente hacia atrás". Mi reverencia para ti.

Anónimo dijo...

si yo hago eso, me rompo la crisma

Anónimo dijo...

Pues yo no. No me inclino.

Es que si me inclino dejo de verte.

Anónimo dijo...

No os inclinéis todas, que verás...

Miguel Marqués dijo...

Okr, tú reino más que el del "Quizás" es el del "O no".

Tú no dices: "Mañana quizás me porte bien y salga a cumplir con mis obligaciones de animal racional social". Tú dices: "Mañana me portaré bien y saldré a cumplir con mis obligaciones de animal racional. O no".

Hay una ligera diferencia :P. Que básicamente radica en que vas a tu puta bola (nada que ver con la indecisión, como pudiera parecer al respetable :P)(so calvo cabrón nihilista relativista, como diría Paco).

(un abrazo sin cero. ;)

(y otro para Chus)

(iré a tu casa pronto, lo prometo. Tu mus se debe haber caducado ya)

kika... dijo...

Me he quedado pegada a tus letras como las moscas de la sierra en un tarro de miel.

Besos,
K

Anónimo dijo...

Estoy un tiempo despistada sin posarme por aqui y me sorprende este texto, y tantos comentarios más... casi me da rabia no haber sido de las primeras en leerlo. Pero esto no es una carrera, aqui nadie pierde,ni llega tarde, todo el mundo que lea esto se lleva una recompensa inmortal.

Besos Lara

Anónimo dijo...

A menudo ese pronombre masculino no es que sea lo único, sino lo mejor que tenemos. Sólo así puede ser perfecto. Los nombres propios ya están todos acotados.

Me vuelve loca cómo escribes, morenaza.

MSalieri dijo...

Estas palabras que os escribo simplemente son para que aparezcan 28 comentarios.

El bueno viene después.

MSalieri dijo...

Qué gran razón tienes, nen. Veo entonces el reino del "O No" y subo dos más... ¡¿qué digo?! ¡Órdago a todos los reinos, a lo que hay por encima y por debajo de ellos, a los que están y a los que no y a la antimateria!

Besos a todos (gratis y pinchosos, por el bigote).

Anónimo dijo...

¡Viva la antimateria! ¡Vivan las niñas que escriben! ¡Vivan el té y los tiburones! ¡Vivan las carrocerías Pininfarina del metro de la línea 10! ¡Vivan las morenas, las rubias y las pelirrojas! ¡Vivan las castañas, asadas sobre todo! ¡Viva, viva!

Lara dijo...

¡Viva!