La madrugada en soledad tiene algo de mística del terror.
15 comentarios:
Anónimo
dijo...
Hoy es mi cumpleaños. Lo celebro en Barcelona donde estaré este curso. Un escritor gallego dijo "A soidade é como un ourizo nun pano de seda". Coas palabras nunca estamos sos, trala noite vén o día. Bicos!
Esto que has escrito enlaza con una frase de un texto que escribí no hace mucho.
«La noche es engañosa; pero lo es más todavía el amanecer, esos minutos en los que la luz parece oprimir los objetos, en lugar de ser un reflejo; esos momentos en los que las fieras que vuelven y las que van se inmovilizan, tensando los músculos».
No se me ocurre más consejo ni solución que el aguante.
Marco: cristales rotos no, pero hay unos seres alados (espero) que viven en el hueco del tejado que te aseguro no me hacen sentirme sola.
Kika!!!
Nano: hermosa tu reflexión, sobre todo lo de los animales quietos y tensísimos. Con lo del aguantar no lo tengo tan claro; en realidad, son noches pacíficas y claras que resultan muy agradables si uno sabe sacarle jugo.
Pues sí, y yo estoy ahora en pleno éxtasis... Me acechan los fantasmas. Lo peor son las sombras de mi cuerpo o los reflejos de mi cara en el espejo cuando vuelvo a la cama, sigiloso. Me doy miedo. (Ah, y felicidades a Antía. Me encanta ese nombre...)
a mí me suelen asustar mucho esas madrugadas... aunque a base de tenerlas una se acaba acostumbrando y disfrutar de convivir en paz con uno mismo... besos
Sí, esas noches se hacen eternas (las horas son como baúles). Se aguza el oído, se acompasa el golpeteo dentro del pecho, la respiración retumba, y antes de que uno se dé cuenta ya llega la luz de la que habla Nano, redibujando los objetos a base de cincharlos (recogiendo el color de sus alrededores, como un alfarero).
15 comentarios:
Hoy es mi cumpleaños. Lo celebro en Barcelona donde estaré este curso. Un escritor gallego dijo "A soidade é como un ourizo nun pano de seda".
Coas palabras nunca estamos sos,
trala noite vén o día.
Bicos!
En cualquier momento suena un cristal roto. Alguien ha entrado en casa. Ya no estás sola.
Sí que lo tiene, sí.
Aunque no sé si es la soledad o el frío.
Besos, Lara. Muchos.
Es en esas madrugadas, en las que yo me guardo tu amor humano en los bolsillos.
Esto que has escrito enlaza con una frase de un texto que escribí no hace mucho.
«La noche es engañosa; pero lo es más todavía el amanecer, esos minutos en los que la luz parece oprimir los objetos, en lugar de ser un reflejo; esos momentos en los que las fieras que vuelven y las que van se inmovilizan, tensando los músculos».
No se me ocurre más consejo ni solución que el aguante.
si es viernes o sabado por la noche no tiene nada de mistica, es Terror.
Felicidades, Antía!!!
Marco: cristales rotos no, pero hay unos seres alados (espero) que viven en el hueco del tejado que te aseguro no me hacen sentirme sola.
Kika!!!
Nano: hermosa tu reflexión, sobre todo lo de los animales quietos y tensísimos. Con lo del aguantar no lo tengo tan claro; en realidad, son noches pacíficas y claras que resultan muy agradables si uno sabe sacarle jugo.
¡Un beso fuerte!
Pues sí, y yo estoy ahora en pleno éxtasis... Me acechan los fantasmas.
Lo peor son las sombras de mi cuerpo o los reflejos de mi cara en el espejo cuando vuelvo a la cama, sigiloso. Me doy miedo.
(Ah, y felicidades a Antía. Me encanta ese nombre...)
a mí me suelen asustar mucho esas madrugadas... aunque a base de tenerlas una se acaba acostumbrando y disfrutar de convivir en paz con uno mismo...
besos
Tiene razón Conde´duque: ¡felicidades Antía!
Barcelona es una ciudad preciosa.
... y el terror te lleva a anotar en el cuaderno cualquier cosa que te distraiga del zumbido de la sangre en las yemas de los dedos.
(Justo eso, P.)
Sos terrible. Terrible en tu resonancia. La foto es preciosa. Hubieras podido sacarla esta noche que me quedé en tu casa...
Gracias a todos!
Este curso tendré nueva ubicación,sigo en galego,claro.
http://www.proximaestacionvalldaura.blogspot.com
Sí, esas noches se hacen eternas (las horas son como baúles). Se aguza el oído, se acompasa el golpeteo dentro del pecho, la respiración retumba, y antes de que uno se dé cuenta ya llega la luz de la que habla Nano, redibujando los objetos a base de cincharlos (recogiendo el color de sus alrededores, como un alfarero).
Son tan necesarias, esas noches.
Un beso, mi noche.
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