domingo, 23 de marzo de 2008


Abandonar un país, una colonia, dejar las calles y esos esclavos de dios extirpado, con sus costumbres olvidadas y olvidados los símbolos de la tierra a los que antes obedecían desde el nacimiento y la muerte de sus viejos,

abandonar la posesión y entonces dejarla devastada, amoratada, sin oriente, sin ti.

Abandonar un cuerpo como se abandona una colonia, después de haber arrancado un continente, una frontera, una identidad, de haber moldeado acobardado perforado (agujeros profundos, hasta la sangre negra del coágulo),

después de tu reino qué hay sino la nada.

Pésima valentía la del valiente que se va, llevándose las llaves de una tierra, las puertas del paraíso un vientre abierto, otra vez, sois libres, sois para vosotros, vuestro pueblo tiene un nombre y una herencia.

Y adentro, los palacios vacíos, el edificio consistorial, esa iglesia católica levantada piedra y mano con un sudor extraño y humillado, los muros altos en silencio y el retablo que se cae sin tu gobierno.

Alguna rata mora en los pasillos, royendo los últimos restos de esos alimentos exóticos que a los nativos les estaban prohibidos.

Sois libres otra vez,

y queda la muerte.

Un puñado de hombres como un cuerpo, mirándose entre ellos recelosos, los niños ya desnudos corriendo alborotados por la plaza, de nuevo el suelo de tierra es para los mercaderes y el ganado. Suena aún el bajo de los vestidos de las damas, blanca tela almidonada que murmulla en los paseos con sombrilla cuando hay sol.

Un puñado de hombres como un cuerpo, mirándose las manos y el pasado, lejana alegoría de uno mismo, hombre libre perdido y desterrado.

Abandonar una colonia como si me abandonaras, terrible totalitarismo el del amor, que nada deja cuando acaba más que recuerdo y

nada deja

más que seres consternados y dolientes, incapaces de olvidar que una vez fueron pero,

ah,

qué fueron.

(uno mismo convertido en un desolador país enemigo,

cantando absurdos himnos que nadie entiende,

que nadie oye más.)

21 comentarios:

Virginia Barbancho dijo...

¿Y qué himno no suena absurdo e inverosímil? ¿Y quién no tiene uno?

Anónimo dijo...

No sé si alguna vez entiendo algún himno, pero sí sé que esto de arriba se oye muy alto aunque se lea bajito, y no tiene nada de absurdo... y tiene algo que se agarra. Eso sí lo sé.

muchos besos, Lara (y para ti tb, vicky!)

carmen moreno dijo...

Es así, ¿no? Llegas, tomas lo que no te pertenece, pero tú crees que sí, arrasas cuanto encuentras a tu paso y abandonas. Eso es el hombre conquistador finalmente.

Triste, triste, sí, pero tan real...

conde-duque dijo...

Hola, Lara, me ha gustado mucho mucho. Qué imagenes... y qué verdades.
¿Estabas pensando en algún lugar concreto? ¿Del norte de África, quizás?

Una sugerencia (posiblemente equivocada): en el símil del amor, "totalitarismo" me parece un palabro difícil y antipático, un poco molesto, que rompe el ritmo poético al leerlo. Quizás sonaría mejor "tiranía" o algo así. Creo yo...

conde-duque dijo...

Sorry. Retiro lo de que rompe el ritmo poético, porque forma un dodecasílabo muy bien apañadito.
Pero palabro es un palabro total.

Anónimo dijo...

Solamente puedo decir, que eres brutal...
Solamente eso...

Laura

Anónimo dijo...

Nunca me dejas de sorprender.

:*

Lara dijo...

Hola, chicos!!!

Veo que vais volviendo de vuestros retiros, gracias por estar ahí.

Conde, decirte que tu sugerencia me parece muy buena, y que a mí también me resultó bruta la palabra cuando la escribí en la libretita, pero no me ha dado por corregir, aunque lo tendré en cuenta para otras cosas que haga con este texto, si las hago. Aquí por ahora la dejaremos así. ¡¡Un beso fuerte, y dime todo lo que te parezca cuando te parezca!!

¡¡¡Laurita!!!

Besos a todos.

Lara dijo...

Ah, Conde, que sí, que pensaba en África, pero no necesariamente en el norte.

NáN dijo...

A mí solo me hace pensar en paisajes interiores, en las geografías de los cuerpos (nos olvidamos del alma y ponemos la bioquímica como marcadores de posición).

Es uno de los textos más raros que te he leído, pero también de los más fuertes, personales y, aunque parezca extraño, claros.

Bendita libretita.

Malgastar esfuerzos dijo...

Por extraño que parezca, el texto, buenísimo, me ha penetrado como una lanza envenenada de Conrad y de Coetze a un tiempo. Una denuncia altamente poética de la barbarie y la opresión, extrapolable, me atrevo a decir, al mismo alma humana. Mis felicitaciones. Me han entrado más ganas de casarme contigo... Ay, que yo también soy un ser consternado y doliente.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Coincido con Virginia. El único himno del que me aprendí la letra (y por repetición exhaustiva en todos los actos de mi colegio) fue el "Rendidos a Tus Plantas".

Y miren si debió marcarme, que me hice botánico.

VICTOR ALFARO dijo...

PUes a mi, el texto me ha recordado este soneto de Sabina...

Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoquera los archivos.

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos…
***
... pero no preguntéis por qué...
Abrazos Lara!

Sonia San Román dijo...

El placer es mutuo, Lara.
Ha sido una gran alegría para mí que hayas pasado por el rincón donde me derramo algunas tardes y que te hayas derramado un poquito tú también.
Enormes tus textos.
Te visitaré a menudo.
Un beso fuerte.

Recaredo Veredas dijo...

Muy buen poema, Lara. Suerte.

Anónimo dijo...

No puedo comentarlo. Me vienen demasiados nombres propios en el texto, demasiadas imágenes sin metáfora posible...

Dios, Lara, estabas allí y no te ví...

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Qué curiosas son las referencias. Yo me he acordado de Julio Martínez Mesanza al momento...
¡Bravo!

Miguel Marqués dijo...

De los ciento volando de catorce, ése me deja bastante machacado cada vez que lo leo, o lo oigo, Víctor :)

Anónimo dijo...

¿Su cumpleaños dentro de poquito, Dama Sonia?

a.ma dijo...

Se marchou o amor, acomódome e durmo nas lembranzas, é de balde...
Prefiero el canto libre al himno marcado, el valiente que conoce mundos al extranjero en su propia patria, las ciudades que se cosen a sí mismas a puntadas como Berlín a las acomodadamente terminadas,el roce de los bajos de los vestidos al pasear (fermoso, fermosos)
Demasiadas cousas ofreces en tan pouco espazo.
Bicos, viaxeira do Sur (da viaxeira do Norte)

Aurélia Jarry dijo...

El fandango y tu escritura quedan. El valiente dejó toda su hermosura. Que emoción haber tenido la alegría de ser presente este día uno.
"El totalitarismo del amor". Sí. Pues, que se quede total este amor. Hay cosas que no se pueden aceptar y que igual pasan. Pero queda tu voz. En tu sangre metió su voz. Y eso es el regalo de la vida.
Gracias por haberme invitado...