No sé porque no te escribo más, algún complejo habrá por ahí, pero me encantaría devolverte de alguna forma toda la energía que me transmites con tus palabras, me gustaría que sintieras mi apoyo, mi compresión.
Una vez viví una casa así en otro tiempo, y en un Madrid que sólo se parece a aquel en los barrios antiguos, y en los minutos antiguos vividos hace tiempo. Ese cuarto de baño mío también verde, se manifestaba en sinfonía de cañerías de hierro. Mi pospubertad impetuosa me impedía reparar en los descochones de la pintura blanco roto del marco de la ventana, cuando esa modalidad de blanco aún no se había inventado. Me conformaba con mirar desde ella las copas de los árboles de La Fuente del Berro. Me conformaba con devorar minutos. Entonces no tomaba té, ahora me atrevo, -pobre inconsciente- incluso a leer en los posos del té de los demás. Saludos
4 comentarios:
No sé porque no te escribo más, algún complejo habrá por ahí, pero me encantaría devolverte de alguna forma toda la energía que me transmites con tus palabras, me gustaría que sintieras mi apoyo, mi compresión.
Adoro leerte, adoro tus letras. Sé feliz, Ignacio
Lara mi niña,
Aunque no me entiendas, esa foto para mi hoy es muy especial.
Los ojos de mi Luna se mueren y los míos lloran por ella.
Esa Luna me dió mucha energía.
Cojones como se quiere tanto.
Poder.
Una vez viví una casa así en otro tiempo, y en un Madrid que sólo se parece a aquel en los barrios antiguos, y en los minutos antiguos vividos hace tiempo. Ese cuarto de baño mío también verde, se manifestaba en sinfonía de cañerías de hierro. Mi pospubertad impetuosa me impedía reparar en los descochones de la pintura blanco roto del marco de la ventana, cuando esa modalidad de blanco aún no se había inventado. Me conformaba con mirar desde ella las copas de los árboles de La Fuente del Berro. Me conformaba con devorar minutos. Entonces no tomaba té, ahora me atrevo, -pobre inconsciente- incluso a leer en los posos del té de los demás.
Saludos
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