Las palabras son el final de un texto, están un poco sacadas de contexto, pero la verdad es que creo que se entienden igual de poco o de mucho con todo el esqueleto arriba de ellas. Así que he prescindido del previo.
La foto es otra vez de mi hermana. Con ese piano han jugado muchas generaciones de Moreno.
Yo lo del sol no lo pillo, pero igualmente me gusta. Supongo que el golpe es contra el espejo que al final de lavabo refleja la cara de la tropezante, o una ventana que cada día aparece en un sitio y nunca te la esperas y siempre te das con el la contra, con la puta esquina, con lo que jode, o el amor mañanero que huele a sudor y a pasta de dientes, o yo qué sé.
Y al fondo, Isla Cristina, entiendo. Las cañas se movían. Soplaba del este. De pequeños, nadie nos dice que las conchas que recogemos en la playa y coleccionamos en cajitas de lata estuvieron vivas una vez.
7 comentarios:
Buena foto, toda llena de calaveras al fondo.
Inquietantes las palabras.
Que no las entienda no les quita belleza. Todo lo contrario.
Las palabras son el final de un texto, están un poco sacadas de contexto, pero la verdad es que creo que se entienden igual de poco o de mucho con todo el esqueleto arriba de ellas. Así que he prescindido del previo.
La foto es otra vez de mi hermana. Con ese piano han jugado muchas generaciones de Moreno.
Gracias por estrenar.
Yo lo del sol no lo pillo, pero igualmente me gusta. Supongo que el golpe es contra el espejo que al final de lavabo refleja la cara de la tropezante, o una ventana que cada día aparece en un sitio y nunca te la esperas y siempre te das con el la contra, con la puta esquina, con lo que jode, o el amor mañanero que huele a sudor y a pasta de dientes, o yo qué sé.
Mi desmemoria me maldice y yo la maldigo a ella y así estamos bien entretenido cuando me quedo solo.
Por lo demás: me quedo con el sol, el lavabo y los gritos (de placer). Creo que cualquiera debería darse por satisfecho.
Así de corto, así de heroico.
Tonces sí.
Y al fondo, Isla Cristina, entiendo. Las cañas se movían. Soplaba del este.
De pequeños, nadie nos dice que las conchas que recogemos en la playa y coleccionamos en cajitas de lata estuvieron vivas una vez.
Entiendes bien.
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