lunes, 2 de julio de 2007

Un solo de saxo largo
millones de minutos
luego el piano
he comprobado el cuchillo
en la carne
de mi antebrazo
sin llegar a sangrar
por supuesto.

Por momentos se me olvida
que nada tiene que ver
la voluntad
con los vértices.

Así, y no más,
es mi delirio adulto.
Cansino,
de piernas doloridas
y una duda traidora
que no me aprieta el pecho
sino que se limita
a revolotear
alrededor de mi cara
como un insecto sucio
y ya inútil.

Erróneo diagnóstico.
Siempre equivocarse con el dolor.
Lo que no daña verdaderamente
se acaba convirtiendo
en una ambigüedad
de edificios encendidos
y un silencio
de amanecer
en una ciudad de la que ya te has alejado.

Parece mentira.
Vuelvo a sangrar,
una vez más,
periódicamente
después de catorce años
(ya no sé si mi cuerpo
es un reloj o una letanía).
Y las ocasiones en
que me traspasaron el corazón
con los dientes apretados
y la conciencia sucia
(que es como deben estar
las conciencias),
yo me negué a la cuenta atrás,
a deshojar las sábanas,
los asientos,
las baldosas.
El calor en los riñones
me recuerda
que tengo una cintura
y unas piernas llenas
de venas apretadas
de conciencia insomne
de piedras

el solo hecho
de entregar el sexo
en una herida.




12 comentarios:

Anónimo dijo...

Puf! No sé... igual tiene que ver con la luna que nos sangre el sexo a ratos...
O igual son las dudas las que sangran y revolotean por la cara.
El caso es que yo cada luna llena tengo la sensación de hundirme en una cama blanda y redonda. Rellena de lunas, dudas, besos, prisas, miedos...

Anónimo dijo...

Jopé. Se va uno una semana y aparecen tres millones de post por leer... y la plaza de mi centro de investigación, en ciernes. Agf. Haré lo que pueda, mi Señora.

Peter dijo...

"Por momentos se me olvida
que nada tiene que ver
la voluntad
con los vértices"

Doy vueltas a esta frase, que me encanta, cual niño dando vueltas a la caja misteriosa que no puede abrir.

Un gran poema, lara.

NáN dijo...

Me hiciste adelantar la puesta de un poema. Y ahora escribir un Centimétro, de esos rápidos, para contrarrestar la belleza de esas piernas quietas junto a ciertas palabras del poema.

No te había dedicado ninguno a ti sola, ¿verdad? Pues ya está. Aunque la intención, que se disuelva entre todos los que conocemos todos.

Y ahora quiero volver a una vida tranquila de una entrada de vez en cuándo.

Lara dijo...

Gracias a todos.
El anónimo femenino, que traiga su cara para que la veamos dentro de la luna.
Microalgo, no te preocupes, que ha llegado el verano y empiezan los tiempos largos. Bienvenido.
Peter, me traes unos ojos distintos para lo que escribo.
Nano: ¿un centimetro??? ¿Para mí???

Y he de decir que las hermosas piernas son de mi hermana Bea.

El Aviador Capotado dijo...

Precioso poema. Pareces demasiado joven para distinguir en la belleza de las rosas el dolor que las espinas ocultan. Pero veo que sabes defenderte del cuchillo.

Saludos

Paralelo 49 dijo...

Los pies son de una diosa.

Jesús Beades dijo...

Póngame a los pies de su hermana.

Anónimo dijo...

Me sumo al club de fans de las piernas de tu hermana. Y el torso de la foto del post anterior se presta a unir lunares y pequitas para ver qué dibujo sale...

amandine dijo...

no sé si fue casualidad...
...vengo a ti, como una llamada desde mi rincón de almendras soñadas.

Y te leo.


Y sigo leyendo más abajo.

Me has atrapado...

un beso que desangra sueños.

conde-duque dijo...

¡¡¡¡Viva Bea!!!!

conde-duque dijo...

Y su cicatriz de bici...